domingo, 20 de julio de 2008

DISCURSOS HISTÓRICOS SOBRE LA MEMORABLE BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862.

Honorable presídium,
Maestros y alumnos de las diferentes escuelas,
Señoras y señores:


El Licenciado en Etnohistoria Venancio Armando Aguilar Patlán en su tesis de graduación, dice al principio de ella: “Batalla Histórica Error Histórico”, haciendo un estudio comparativo de la participación de Tetela de Ocampo, Zacapoaxtla y Xochiapulco en la histórica batalla del 5 de Mayo de 1862, donde sobresale un cuerpo de guerra denominado 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla o también como posteriormente fue denominado 6º Batallón Guardia Nacional “Cazadores de las Montañas de Tetela de Ocampo” formado por hombres de la Sierra Norte del Estado de Puebla, primordialmente de la entonces Villa y hoy Ciudad de Tetela de Ocampo.

En el 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla destacaron ilustres patriotas como los “Tres Juanes”: Juan Nepomuceno Méndez “El León de las Montañas”; Juan Crisóstomo Bonilla “El Gobernante Modelo” y Juan Francisco Lucas “El Patriarca de la Sierra” o “Tata Lucas”, además de Pilar Rivera, Lauro Luna y muchos más, pero fue Tomás Segura, entonces Comandante Mayor de Batallón (Mayor de infantería) y más tarde General de Brigada Honorario, quién brilló con luz propia en la memorable batalla, ya que por su arrojo y profundo patriotismo, se hizo acreedor de reconocimientos del General Ignacio Zaragoza y del Presidente Benito Juárez.

Del archivo particular de Tomás Segura, entregado a su compadre y gran compañero de armas el Coronel de la Guardia Nacional, Manuel Molina, entresacamos los reconocimientos que a la letra dicen:
Tetela de Ocampo, Puebla, a 5 de Mayo de 2007.


C. Profesor Angel Molina Xalcuaco.

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Honorable presidium,
Maestros y Alumnos,
Señoras y Señores:
Tatoxcac, pedacito de tierra enclavada en plena Sierra Poblana, con un paisaje lleno de verdor permanente, teniendo a su espalda el imponente cerro de Tomaquilo, sirvió de marco para el asentamiento de un grupo de indígenas de la indómita raza azteca, raza explotada y humillada en la época colonial y aún en estos tiempos se oyen voces que lastiman y ofenden la dignidad de nuestros hermanos indígenas, cuyos descendientes viven en este suelo, cuya historia se pierde en la oscuridad del tiempo.
Este Pueblo, hoy llamado “Tatoxcac”, su nombre original es “Tetoxcac”, por una pequeña cueva que se encuentra aquí cerca y para entrar a ella debe hacerse casi arrastrando el cuerpo. Creemos que los antiguos mexicanos llamaron “Tetoxcac” a este lugar, del mexicano “Tet”, piedra y “Toxcac”, garganta, de donde se forma “Garganta de Piedra”, que es su verdadero significado.
Hablemos de sus hombres: La Historia olvida a los personajes modestos y sencillos que estuvieron presentes en algún hecho importante de la vida nacional, pero el tiempo que todo lo cura o destruye, va descubriendo aspectos ocultos en la vida de los pueblos, tan es así que por documentos hallados por casualidad, nos hemos enterado para orgullo de este Pueblo, de la participación de 7 hombres originarios de este lugar, conjuntamente con 19 de la misma región, formando la 5ª Compañía “Única” de la Guardia Nacional del Distrito de Zacapoaxtla, hermanándose con la 6ª Compañía “Única” de la Guardia Nacional de la Municipalidad de Xochiapulco, de la 1ª, 2ª, 3ª y 4ª compañías de la Villa de Tetela de Ocampo, integrando 6 compañías, cobijadas bajo la gloriosa bandera del 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla o también conocido como 6º Batallón Guardia Nacional “Cazadores de las Montañas de Tetela de Ocampo” bajo el mando de los ilustres liberales tetelenses, Coronel Juan Nepomuceno Méndez, Teniente Coronel Pilar Rivera y Comandante Mayor de Batallón Tomás Segura, Capitán Juan Crisóstomo Bonilla y de Comaltepec el Capitán Juan Francisco Lucas, quienes concurrieron entre muchas otras acciones de guerra a la memorable Batalla del 5 de Mayo de 1862 en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, donde las armas nacionales se cubrieron de gloria. De los 26 hombres que participaron en la gloriosa lucha, regresaron 25, pues uno, originario de este Pueblo le entregó su vida a la Patria, mientras que dos resultaron heridos, regando con su sangre el suelo de la victoria.
Por eso, en este día y por primera vez, honremos la memoria de aquellos que lucharon por la Segunda Independencia de México, sabiendo que en ella podrían morir.
De una lista que daremos a conocer, destaca Manuel Molina, entonces Comandante Segundo en Jefe de la 5ª Compañía de 1862, años después, por sus méritos y servicios a la República y a la Paria desde 1858, obtuvo el grado de Coronel Honorario de la Guardia Nacional, recibiendo reconocimientos del propio Presidente Benito Juárez y del Gobierno del Estado de Puebla.
Es de Justicia dar a conocer los nombres y los lugares de origen de estos hombres, hasta hoy olvidados en la historia regional y nacional, para que sus pueblos y las nuevas generaciones, con orgullo siempre los recuerden.


Tetoxcac, Zacapoaxtla, a 20 de Mayo de 2007.

C. Profesor Angel Molina Xalcuaco.
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Honorable presidium,
Señoras y Señores:

La Historia Nacional está en deuda con Tetela de Ocampo, al tenerla relegada en tercer término después de Zacapoaxtla y Xochiapulco en lo referente a la Batalla del 5 de Mayo de 1862 en la Ciudad de Puebla, es en esta memorable contienda cuando sobresale un cuerpo de guerra denominado “6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla” este Batallón se encontraba incorporado a la 2ª División “Negrete” del Cuerpo de Ejército de Oriente, al mando del inmortal General Ignacio Zaragoza.

Existen pruebas documentales que comprueban que los hijos de esta Ciudad participaron activamente en las luchas por la libertad de México, durante la Intervención Norteamericana en 1847, durante la Guerra de Reforma de 1857 a 1860, pero es durante la Intervención Francesa cuando sobresale con el 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla o como posteriormente fue denominado: 6º Batallón Guardia Nacional “Cazadores de las Montañas de Tetela de Ocampo”, conformado en un principio por 6 Compañías: cuatro de las cuales eran originarias de la Villa de Tetela de Ocampo, una del Distrito de Zacapoaxtla y una de la Municipalidad de Xochiapulco que por el Arrojo y Patriotismo de sus hombres, fue objeto de distinciones por el propio General Ignacio Zaragoza y del Presidente Benito Juárez.

Para la batalla del 5 de Mayo de 1862, la región de Zacapoaxtla estuvo representada por una compañía, la 5ª Compañía “Única” de la Guardia Nacional del Distrito de Zacapoaxtla conformada por 26 elementos, que lucharon no por cuenta propia, sino bajo la bandera del 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla, originario de esta población. En un principio la compañía de Zacapoaxtla estuvo al mando de los Capitanes José María Huidobro de Cuetzalan y Manuel Molina de Tetoxcac, Barrio en aquel tiempo y hoy Junta Auxiliar situado al oriente de la Ciudad de Zacapoaxtla. Por la destacada participación de sus hombres y la cercanía con la traidora Ciudad de Zacapoaxtla, Tetoxcac fue designada como la 1ª Línea de Resistencia Republicana. La compañía de Zacapoaxtla concurrió a muchos de los combates donde participó el 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla, desde las Cumbres de Acultzingo en 1862 hasta la toma de Querétaro en 1867. En esta amplia región de la Sierra Norte, el Batallón de Tetela de Ocampo sostuvo numerosos combates contra las fuerzas invasoras y colaboradoras de la intervención, con el nombre de Guardias Móviles, Guardias Auxiliares o Escuadrones Imperiales, como fue el caso del Batallón Guardia Móvil de la Imperial Zacapoaxtla.

En las lecturas que siguen el auditorio aquí presente hallará vivos a Tomás Segura de Tetela de Ocampo y Manuel Molina de Tetoxcac, reviviendo diferentes acciones en que tomaron parte defendiendo a la Patria.


Profesor Angel Molina Xalcuaco

domingo, 20 de enero de 2008

PARTES OFICIALES DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862.

PARTE OFICIAL DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862, RENDIDO POR EL C. GENERAL IGNACIO ZARAGOZA, EL 9 DE MAYO DE 1862.

Cuerpo de Ejército de Oriente.

General en Jefe

Después de mi movimiento retrógrado que emprendí desde las Cumbres de Acultzingo, llegué á esta ciudad el día 3 del presente, según tuve el honor de dar parte á vd. El enemigo me seguía á distancia de una jornada pequeña, y habiendo dejado á retaguardia de aquél la 2ª brigada de caballería, compuesta de poco más de 300 hombres para que en lo posible lo hostilizara, me situé, como llevo dicho, en Puebla. En el acto di mis órdenes para poner en un regular estado de defensa los cerros de Guadalupe y Loreto, haciendo activar la fortificación de la plaza que hasta entonces estaba descuidada.

Al amanecer del día 4 ordené al distinguido General C. Miguel Negrete que con la 2ª División de su mando, compuesta de 1,200 hombres lista para combatir, ocupara los expresados cerros de Loreto y Guadalupe, los cuales fueron artillados con dos baterías de batalla y montaña. El mismo día 4 hice formar de las Brigadas Berriozábal, Díaz y Lamadrid, tres columnas de ataque, compuestas la primera de 1,082 hombres, la segunda de 1,000, y la última de 1,020, toda infantería, y además, una columna de 550 caballos que mandaba el ciudadano general Antonio Álvarez, designando para su dotación una batería de batalla. Estas fuerzas estuvieron formadas en la plaza de San José hasta las doce del día, á cuya hora se acuartelaron. El enemigo pernoctó en Amozoc.

A las cinco de la mañana del memorable 5 de Mayo, aquellas fuerzas marchaban á la línea de batalla que había yo determinado y verá vd. marcada en el croquis adjunto, ordené al ciudadano comandante general de artillería, Coronel Zeferino Rodríguez, que la artillería sobrante la colocara en la fortificación de la plaza, poniéndola á disposición del ciudadano comandante militar del Estado, general Santiago Tapia.

A las diez de la mañana se avistó el enemigo, y después del tiempo muy preciso para acampar, desprendió sus columnas de ataque, una hacia el cerro de Guadalupe, compuesta como de 4,000 hombres con dos baterías y otra pequeña de 1,000, amagando nuestro frente. Este ataque que no había previsto, aunque conocía la audacia del ejército francés, me hizo cambiar mi plan de maniobras y formar el de defensa, mandando en consecuencia que la brigada Berriozábal á paso veloz reforzara á Loreto y Guadalupe y que el cuerpo de Carabineros á caballo fuera á ocupar la izquierda de aquellos, para que cargara en el momento oportuno. Poco después mandé al batallón Reforma de la brigada Lamadrid, para auxiliar los cerros que á cada momento se comprometían más en su resistencia. Al batallón de Zapadores de la misma brigada le ordené marcharse á ocupar un barrio que está casi á la falda del cerro, y llegó tan oportunamente, que evitó la subida á una columna que por allí se dirigía al mismo cerro, trabando combates casi personales. Tres cargas bruscas ejecutaron los franceses, y en las tres fueron rechazadas con valor y dignidad; la caballería situada á la izquierda de Loreto aprovechó la primera oportunidad, cargando bizarramente, lo que les evitó reorganizarse para nueva carga.

Cuando el combate del cerro estaba más empeñado, tenía lugar otro no menos reñido en la llanura de la derecha que formaba mi frente.

El C. general Díaz con dos cuerpos de su brigada, uno de los de Lamadrid, con dos piezas de batalla y el resto de la de Alvarez, contuvieron y rechazaron á la columna enemiga, que también con arrojo marchaba sobre nuestras posiciones; ella se replegó hacia la hacienda de S. José Rentería, donde también lo habían verificado los rechazados del cerro, que ya de nuevo organizados se preparaban únicamente á defenderse, pues hasta habían claraboyado las fincas; pero yo no podía atacarlos, porque derrotados como estaban, tenían más fuerza numérica que la mía: por tanto, mandé hacer alto al C. general Díaz, que con empeño y bizarría los siguió, y me limité á conservar una posición amenazante.

Ambas fuerzas beligerantes estuvieron á la vista hasta las siete de la noche que emprendieron los contrarios su retirada á su campamento de la hacienda de los Alamos, verificándolo poco después la nuestra á su línea.

La noche se pasó en levantar el campo, del cual se recogieron muchos muertos y heridos del enemigo, y cuya operación duró todo el día siguiente; y aunque no puedo decir el número exacto de pérdidas de aquel, sí aseguro que pasó de mil hombres entre muertos y heridos y ocho ó diez prisioneros.

Por demás me parece recomendar a vd. el comportamiento de mis valientes compañeros; el hecho glorioso que acaba de tener lugar patentiza su brío y por sí sólo se recomiendan.

El ejército francés se ha batido con mucha bizarría; su general en jefe se ha portado con torpeza en su ataque.

Las armas nacionales, ciudadano Ministro, se han cubierto de gloria, y por ello felicito al Primer Magistrado de la República por el digno conducto de vd., en el concepto de que puedo afirmar con orgullo, que ni un solo momento volvió la espalda al enemigo el ejército mexicano durante la larga lucha que sostuvo.

Indicaré a vd., por último, que al mismo tiempo de estar preparando la defensa del honor nacional, tuve la necesidad de mandar á las brigadas O'Horan y Carbajal á batir los facciosos, que en número considerable se hallaban en Atlixco y Matamoros, cuya circunstancia acaso libró al enemigo extranjero de una derrota completa y al pequeño cuerpo de ejército de Oriente de una victoria que habría inmortalizado su nombre.

Al rendir el parte de la gloriosa jornada del día 5 de este mes, adjunto el expediente respectivo en que constan los pormenores y detalles expresados por los jefes que á ella concurrieron.

Libertad y Reforma.
Cuartel general en Puebla, á 9 de Mayo de 1862.
I. Zaragoza


Ciudadano Ministro de la Guerra.

México.
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PARTE OFICIAL DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862, RENDIDO POR EL C. GENERAL IGNACIO MEJÍA, EL 7 DE MAYO DE 1862.


Cuerpo de Ejército de Oriente.

Cuartel Maestre.

Al fijar el ejército francés invasor su campamento al pié del cerro de Amalúcan, tomando por base de operaciones la hacienda de los Alamos, y al destacar su columna desde ese punto hacia el cerro de Guadalupe, se había guarnecido toda nuestra línea defendiendo este cerro y el de Loreto la segunda división al mando del C. coronel Negrete, auxiliado por la brigada Berriozábal que se mandó á la cima entre los dos fortines para proteger flancos, y del cuerpo de Carabineros de la primera brigada de caballería al mando de su jefe C. general Antonio Alvarez, que fue destinado á cubrir la izquierda de esa fortificación. A la derecha, formando ángulos con los fortines, se encontraba nuestra línea de batalla corrida desde el cerro de Guadalupe hasta la plaza de Román que es el frente del enemigo, á la misma altura de la posición del cerro de Guadalupe sobre el camino que sale para la garita de Amozoc, dos piezas de artillería protegidas por la brigada Lamadrid que se había situado en la iglesia de los Remedios y cuya fuerza cubría desde el cerro hasta esta posición.

La división de Oaxaca se situó con otras dos piezas de artillería en la plazuela de Román, que cerraba nuestro costado derecho y de donde parte otro camino carretero que va á concluir á la garita de Amozoc, situándose al costado de esta propia plazuela los escuadrones Lanceros de Toluca y de Oaxaca, pertenecientes á la 1ª brigada de caballería.

Tal era nuestra posición á las once y tres cuartos de la mañana del día 5 del corriente, hora en que el enemigo desprendió de su ala derecha las columnas de ataque y reserva que pudiera apoderarse del cerro de Guadalupe. Este momento se anunció con dos cañonazos en dicho cerro y el toque de campanas en la ciudad.

Los enemigos adelantaron sus columnas protegidas de tiradores y emprendieron la subida del cerro, al que se aproximaron mucho.

Por nuestra parte se desplegaron los batallones de Zapadores y Rifleros apoyados de Reforma y protegieron perfectamente al costado derecho, la brigada Berriozábal y la primera de caballería cooperando por la izquierda, de manera: que estos esfuerzos unidos á la tenaz resistencia de los heroicos defensores del fuerte, dieron por resultado que el enemigo fuera rechazado. Repitieron dos veces más la carga, y en la última con tal arrojo, que han quedado multitud de muertos y prisioneros en los mismos fosos de Guadalupe. Toda la línea tomó parte en el combate, replegándose el batallón Rifleros á la derecha y saliendo á sustituirlo el batallón Guerrero de la segunda brigada de la división de Oaxaca. Comprometido este batallón por haberse posesionado el enemigo de un vallado con sus tiradores, fue necesario auxiliarlo con la 1ª brigada de la propia división, y de este modo en combate empeñado, se le fue desalojando de vallado en vallado; mas habiéndose adelantado mucho nuestras fuerzas hasta cerca de la base de operaciones del enemigo, se hizo salir al resto de la segunda división mencionada con las dos piezas que estaban sobre el camino de Amozoc, y que incorporada á las demás que se batían completó la derrota de los enemigos, que á la vez fueron cargados por el batallón Rifleros que antes se había retirado, por la primera brigada de caballería con las fuerzas que tenía en el ala derecha é izquierda de toda la línea, haciéndoles varios prisioneros que fueron tratados con humanidad, y recogidos los heridos á los hospitales.

A las cuatro y media de la tarde cesaron los últimos fuegos; el enemigo se retiró á su campamento luego que se oscureció; nuestras fuerzas se mantuvieron adelantadas de la línea; se levantó el campo, recogiendo muertos y heridos hasta donde alcanzó el tiempo, y al oscurecer se regresaron á sus posiciones.

El comportamiento de todas las tropas, jefes y oficiales, ha sido digno de la causa que defienden y del honor que la patria les ha dispensado encomendándoles su defensa.

Nada puedo decir en particular de la división de Oaxaca, que es la de mi mando y que por mi orden fue conducida por el general C. Porfirio Díaz, porque desempeñando á la vez las funciones de Cuartel Maestre he presenciado que todos los que componen nuestro ejército, desde el soldado hasta el Jefe superior; se han disputado la honra de sacrificarse por la Patria; así es que me refiero á la noticia que produce el citado general Díaz, recomendando en general á las familias de todos los que perecieron en esta jornada.

Al hacer á vd. este pequeño relato de los hechos que tuvieron lugar á su vista y por su dirección, le acompaño la relación de nuestros heridos y copia certificada de los partes que han producido las fuerzas que concurrieron al combate, marcadas del 1 al 13; lo felicito por el inmenso honor que debe caberle al satisfacer en esta jornada las esperanzas de la Nación y los sentimientos que lo animan a favor de nuestra independencia.


Libertad y Reforma, Puebla, Mayo 7 de 1862.

Ignacio Mejía.



C. General Ignacio Zaragoza, en Jefe del Cuerpo de Ejército de Oriente.

Presente.
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PARTE OFICIAL DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862, RENDIDO POR EL C. GENERAL MIGUEL NEGRETE, EL 6 DE MAYO DE 1862.

Cuerpo de Ejército de Oriente.

Cuartel Maestre.

“Cuerpo del Ejército de Oriente.- 2ª División.- General en Jefe.-Con arreglo a la orden que se sirvió darme el C. General en Jefe al amanecer del día 4, ocupé los cerros de Guadalupe y Loreto dejando en éste a los batallones Fijo y Tiradores de Morelia, de la Brigada 1ª y 6º de Línea y 6º de Puebla, de la 2ª , con una artillería de Batalla y Montaña, y en el de Guadalupe el Batallón Cazadores de Morelia de la 1ª Brigada, y el 2º de Puebla de la 2ª y una batería de artillería de Batalla y Montaña.

Inmediatamente dispuse que sin pérdida de tiempo todas las fuerzas se ocuparan en fortificar dichas posiciones, teniendo la satisfacción de que al amanecer quedasen en disposición de resistir el ataque, que preví debía dirigir al día siguiente el invasor. Como a las diez de la mañana de ayer llegó este y formó su campamento en la hacienda de los Alamos, a donde mandé disparar el cañonazo que me previno el general en jefe, sirviera de señal de su aproximación, y me puse en actitud de resistirlo. Poco después de las once puso en movimiento el enemigo más de 4 mil hombres formados en fuertes columnas con numerosas altas de tiradores y dos baterías de artillería dirigiéndose a atacar decididamente Guadalupe.

En cuanto comprendí el movimiento que proyectaban dispuse que al legar a tiro de cañón se les rompiera fuego de artillería. Y ordené al C. General José Rojo que con los Batallones Fijo y Tiradores de Morelia y Sexto Nacional de Puebla, formara una columna de reserva, situándose entre los dos cerros, y mandara desplegar en tiradores, al frente, la Sexto Batallón de Puebla con órdenes de replegarse haciendo fuego en retirada según las columnas enemigas fueran avanzando. En los momentos de romperse el fuego, se presentó a la izquierda de la posición de Guadalupe el C. General en Jefe a reforzar este punto y de acuerdo con él formé con su brigada y mi reserva una línea de batalla que se extendía desde Guadalupe hasta Loreto.

Los soldados franceses, con un arrojo que do desmentía la fama de valientes que tan justamente han adquirido, seguían avanzando al paso de carga, protegidos por la artillería, convenientemente situada, que arrojaba multitud de proyectiles sobre el cerro, y por el Segundo Regimiento de Zuavos, que marchaba desplegado en tiradores, haciendo fuego sobre nuestros soldados. El Sexto Batallón de Puebla se replegó a nuestra línea según se le tenía prevenido en muy buen orden y haciendo un fuego bastante activo. Entonces el enemigo, carga denodadamente con una fuerte columna formada de los regimientos Primero y Segundo de la Infantería de Marina y es recibido por el fuego de las fuerzas de artillería de Loreto y Guadalupe y por el activísimo de nuestro Batallón que no contento con hacerlo a pie firme, se lanza súbitamente sobre el enemigo que, amedrentado de tal audacia, retrocede en completo desorden hasta sus posiciones, donde de nuevo se organiza y cubierto por los zuavos, de tanto renombre, que avanzaban en tiradores, carga por segunda vez tratado de romper nuestra línea y por segunda vez es rechazado por nuestra batalla con el mismo ardor y entusiasmo, dejando en su fuga regado el campo con más de 300 muertos, heridos y prisioneros, de los valientes vencedores de la Crimea y de la Italia.

En los procesos momentos de esta segunda carga, el General Rojo, que se hallaba a la izquierda de la línea, juzgó a propósito dar aviso al C. General Antonio Alvarez, que con dos cuerpos de caballería estaba situado debajo de la loma del cerro de Loreto de que era el momento de presentarla por el flanco derecho del enemigo para aprovechar una oportunidad que nos diese por resultado una completa victoria: así lo verificó, y en los momentos en que desfilaba se presentó el Batallón Reforma conducido por su Teniente Coronel, el C. Modesto Arriola, que sirvió mandar de refuerzo al C. General en Jefe, y también recibió orden y la ejecutó con entusiasmo para marchar en columna protegiendo la carga de caballería.

Por último como a las cuatro de la tarde fueron completamente rechazados de la línea de batalla: entonces dirigieron los invasores otra columna formada del acreditado Regimiento de Cazadores de Vincenne cubiertos por una ala de tiradores del famoso Regimiento de Zuavos que atacó con intrepidez la fortificación de Guadalupe llegando hasta el foso logrando algunos cazadores apoderarse de la trinchera y rechazada la columna a la que nuestros soldados salieron a batir fuera del parapeto, el enemigo dejó mas de 30 muertos y algunos heridos, encontrándose entre los primeros a un jefe de alta graduación condecorado por Napoleón el Grande con la brigada de la Legión de Honor.

Por el estado que acompaño a usted se impondrá de las pocas pero terribles pérdidas que sufrió esta división, y oportunamente remitiré la relación de armamento quitado al enemigo. Al tener el honor de dar a Vd. El parte detallado de las operaciones practicadas en la línea que me confió el C. General en Jefe del cuerpo de Ejército de Oriente, me es muy satisfactorio manifestarle que nada me ha dejado que desear el digno y honroso comportamiento de los C.C. generales, jefes, oficiales y tropa de las Brigadas de Michoacán, Puebla, y Querétaro, que forman la división de mi mando, así como las dos brigadas que manada el C. General Berriozabal, porque al frente de un enemigo tan respetable por sus gloriosos antecedentes de guerrero, supieron nuestros humildes soldados demostrarles que nada vale el valor cuando la justicia falta, y han hecho comprender a los vencidos que no se ofende injustamente a la patria por desgraciada y débil que se le suponga, aunque le ha quedado el sentimiento de ver parecer a soldados tan valientes, dignos de morir por una causa mas noble para el ilustrado pueblo a que pertenece.- Dios, Libertad y Reforma.- Línea de Loreto y Guadalupe.- Miguel Negrete.

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PARTE OFICIAL DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862, RENDIDO POR EL C. GENERAL PORFIRIO DÍAZ, EL 6 DE MAYO DE 1862.


Cuerpo de Ejército de Oriente.
Cuartel Maestre.

Ejército de Oriente.
3a. División.
Mayoría General.

Me es grato poner en conocimiento de usted los pormenores de la función de armas de ayer, en lo relativo a la 3a. División que actualmente mando. A las once y media de la mañana cuando las columnas del enemigo estuvieron al alcance de nuestra artillería, comenzó un fuego activo de esta arma, por una y otra parte. Durante este cambio de proyectiles y durante los primeros ataques que la infantería enemiga dio a los fortines de Guadalupe y Loreto, las columnas que estaban a mis órdenes permanecieron en quietud, puesto que según instrucciones superiores no llegaba aún el momento de moverlas.

Entre las dos y tres de la tarde, cuando más se empeñaba el combate en los fortines antes mencionados, observé que una gruesa columna de infantería se dirigía a mi frente apoyada por un escuadrón y trayendo a vanguardia una numerosa línea de tiradores que ya comenzaban a batir al Batallón Rifleros de San Luis que en la misma forma cubrían nuestro frente. Rifleros permaneció combatiendo en su puesto, en términos de que al emprender su retirada, según instrucciones que prevenían el caso, ya no sólo era batido por los tiradores enemigos sino que comenzaba a sufrir los fuegos de la columna. En este momento mandé que el Batallón Guerrero, a las órdenes del Teniente Coronel C. Mariano Jiménez, se moviese en columnas hacia el enemigo, y desplegando sobre la marcha en batalla a su frente lo batieron sin dejar de ganarle terreno; comprometido este batallón en un serio combate y habiéndose alejado mucho era indispensable protegerle y doblar su impulso en caso necesario, y a este efecto, destaqué los Batallones 1° y 2° de Oaxaca al mando de sus respectivos Jefes C. Coronel Alejandro Espinosa del 1° y C. Teniente Coronel Francisco Loaeza del 2°, formados en una sola columna, y siguieron al enemigo con tal impulso que lo fueron desalojando sucesivamente en las sinuosidades del terreno que era una continuación de parapetos sobre la llanura.

Cuando nuestro ataque daba este plausible resultado, las columnas francesas que por última vez y con indecible vigor atacaban al Fortín de Guadalupe se convirtieron en torrentes de fugitivos que veloces descendían del cerro y parecían pretender cortar a los que combatíamos en el valle.

En este momento mandé que el Batallón Morelos, que hasta entonces formaba mi reserva, se moviese en columna mandada por su Teniente Coronel C. Rafael Ballesteros y con dos piezas de batalla viniese a reforzar mi izquierda, como lo hizo, acabando de rechazar a los que no consumaban aún su fuga. Mandé también que por la derecha marchase rifleros con los escuadrones lanceros de Toluca y Oaxaca, en paralelo con Morelos y a su altura. Cuando en esta fonna perseguía al enemigo, recibí repetidas órdenes para hacer alto y lo verifiqué dejando a mi retaguardia el sitio del combate y con el enemigo al frente en el más completo desorden y a distancia de setecientos metros.

En esta situación y cambiándonos muchos tiros de artillería permanecimos hasta las siete de la noche, hora en que por orden superior volvía a ocupar mi línea. Por nuestra parte hay que lamentar la pérdida del valiente Capitán C. Manuel Valera y Sub teniente C. Manuel González., así como la herida del C. Capitán José Omaña.

El adjunto Estado expresa los muertos y heridos de la clase de tropa pertenecientes a esta División, sin comprender a los lanceros de Oaxaca por haberse considerado en la 1a. Brigada de caballería.


No puedo decir con certeza el número de muertos y heridos del enemigo en esta línea, porque una comisión había comenzado a recogerlos antes que yo pusiese atención en ellos, y sólo puedo asegurar que he visto levantar más de veinte cadáveres del enemigo y un número de heridos mayor que no puedo calcular, y a muchos de éstos he visto al enemigo levantar multitud de heridos que conducían a su campo. Sírvase usted felicitar a mi nombre al Ciudadano General en Jefe, aceptando para sí la promesa de mi aprecio y debida subordinación.


Libertad y Reforma.
Campo frente al enemigo, mayo 6 de 1862.

Porfirio Díaz.



Ciudadano General Cuartel Maestre del Cuerpo de Ejército de Oriente.
Presente.
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PARTE OFICIAL DE LA BATALLA DEL 5 DE MAYO DE 1862, RENDIDO POR EL C. GENERAL FELIPE BERRIOZÁBAL, EL 5 DE MAYO DE 1862.

Cuerpo de Ejército de Oriente.

Cuartel Maestre.

"Cpo. de Ejército de Oriente.—Brigada Berriozával.—General en Gefe.—En cumplimiento de las órdenes é instrucciones vervales que el C. Gral. en Gefe se sirvió darme la noche de ayer, me situé en la mañana de hoy en la Garita de Amozoc, con la Brigada que está á mis órdenes, compuesta de los Batallones Fijo de Veracruz, 1/o, y 3/o. Ligeros de Toluca, formada en dos columnas de ataque y listo para dar con ellas la carga preventiva llegado el caso que se me fijó.— A las once de la mañana por orden del C. Gral. en Gefe me dirijí á paso veloz á la altura de los cerros de Guadalupe y Loreto con el objeto de auxiliar al C. Gral. Miguel Negrete, encargado de la defenza de aquellas posiciones.—Llegué oportunamente, pues el enemigo estaba acabando de organizar sus fuer-zas para el ataque. Convine con el mismo Gral. Negrete en que con sus reservas y mi brigada formáramos una batalla, apoyada por una zanja ensolvada, en cuyas estremidades se encuentran las mencionadas posiciones de Loreto y Guadalupe. Asi se verificó y haciendo la maniobra á paso veloz quedó establecida la batalla y lista á resistir el choque del enemigo.—A las once y tres cuartos dos batallones de Zuavos, estendidos en tiradores se nos presentaron haciendonos un fuego mortífero y preparando la carga de dos columnas que avanzaban intrépi damente, sobre nuestras líneas protejidos por un fuego vivísimo de artillería rayada. Nuestros tiradores de batalla se replegaron en buen orden, y el enemigo con una bravura propia del soldado frances y digna de mejor causa, se arrojó sobre nosotros. Nuestros sufridos soldados no menos valientes tal vez que los franceses, recibieron el fuego nutrido de los Zuavos sin disparar sus armas, esperando la voz de mando de sus Gefes. Cuando tuvimos al enemigo, á menos de cincuenta pasos el C. Gral. Negrete y yo, mandamos romper el fuego y. los valientes solda-dos franceses vinieron a morir á quince pasos de nuestra batalla. Las columnas fueron diezmadas por nuestras fuerzas, puestas en completo desorden y obligadas a huir al frente de los modestos soldados de Méjico, quienes cargaron inmediatamente sobre ellos trabándose entre algunos soldados un reñido combate a la balloneta, que nos hizo al fin dueños del campo.—El valiente Coronel Cama ra tomó la bandera de su Cuerpo, el 1er. Ligero de Toluca al cargar sobre los invasores los Batallones Fijo de Veracruz y 3er. Ligero, no se quedaron otras y sus Gefes se distinguieron por el orden con que lo ejecutaron.—El enemigo entendido y tenaz tenia preparadas nuevas columnas y fuertes alas de tiradores con ellas volvió inmediatamente á la carga; pero los Gefes todos de nuestras fuerzas y muy particularmente el C. Gral. Negrete cuya serenidad y actividad fué notable, restablecimos la batalla y esperamos el otro empuje que hacía el enemigo: Sus esfuerzos fueron inútiles y por segunda vez lo obligamos á huir dejando multitud de muertos que recibieron la bala por la espalda.—Por segunda vez cayeron Cam-bien con un arrojo estraordinario nuestros cuerpos y el Ejército frances habría que-dado enteramente destruido en esos momentos si hubiéramos tenido desde el principio alguna caballeria de que disponer; pero estaba empleada por otros puntos y á pesar de haberla pedido repetidas veces no fué posible que llegase hasta concluir la última carga.—Sin embargo de esto su presencia y el arrojo con que el valiente Gral. Albaraz cargó en el poco terreno de que podía disponer, bastó para que el enemigo no volviera su ataque de frente; pero sí, volvió a llamarnos la atencion con algunos tiradores mientras por el flanco derecho de la fortificacion de Guadalupe cargaba una fuerte columna de cazadores de Vincennes, que con un arrojo estraordinario llegó hasta el Foso y algunos de sus soldados asaltaron el Parapeto; mas los cefensores del Punto, con una serenidad admirable lograron arrojarlos, quedando en dicho Foso mas de treinta cadáveres del enemigo.—En estos momentos se me presentaba el batallon Reforma de San Luis, que me envió el C. Gral. en Gefe, ce cuyo cuerpo destaqué una compañía para que batiera al enemigo por el flanco derecho. Este fué destruido completamente y como las anteriores nos presentaron sus soldados la espalda; sin haber vuelto á emprender otro ataque desde eso hora que eran las cuatro y media de la tarde.—Pendiente y dedicado al costado derecho de nuestra línea que era por donde el enemigo redoblaba sus ataques, no pude observar el izquierdo ton la precisión que hubiera deseado para car cuenta al C. Gral. en Gefe de los hechos más notables de los batallones que lo cubrían; pero el C. Gral. Negrete lo hará indudable-mente por ser fuerzas de su division.—Todos los Gefes y Oficiales de la brigada de mi mando se han portado brillantemente y con verdad puedo asegurar que no he notado un solo rasgo de cobardía en ninguno de ellos; por lo cual no hago especiales recomendaciones, pues repito que todos han cumplido perfectamente con su deber; y solo de esta manera puede explicarse como ha sido derrotado un enemigo acostumbrado a vencer en todas partes, como lo demuestran las condecoraciones que portan al pecho y que fueron arrancadas en medio del combate por nuestros soldados.—En nuestro poder cayeron varios prisioneros que se remitieron á la plaza y hasta ahora se han recogido más de trescientos cadáveres del enemigo.—Nosotros tambien tenemos que lamentar la perdida de algunos soldados y la herida grave del valiente y pundonoroso Teniente Coronel C. José G. Alcalá, Gefe de mi Estado Mayor, así como la del Teniente Susano Nieto, y Subteniente C. Margarito Moreno, ambos del ler. Ligero de San Luis. Se estan formando las relaciones respectivas de los muertos y heridos que tuvo lo Brigada, así como del armamento quitado al enemigo, con las cuales daré á V. cuenta oportuna-mente para conocimiento del C. Gral. en Gefe. Los cuerpos que componen la brigada de mi mando al cumplir con su deber han comprendido que de su comportamiento en los primeros encuentros que tubiéramos con el enemigo estrangero dependía el que se asegurara o perdiese la Independencia de su Patria. El orgulloso soldado frances ha sido humillado hoy, aniversario de la muerte de Napoleón I, y por primera vez segun los mismos prisioneros lo han asegurado, se vieron obligados á huir al frente de sus enemigos llevando su bandera sin gloria que ha conquistado en mil combates.—Al dar á V. cuenta con lo ocurrido en memorable funcion de armas de que ha tenido lugar el día de hoy, para conocimiento del C. Gral. en Gefe, lo felicito por el brillante resultado que hemos obtenido y por que ella honrará siempre á Méjico, sean cuales fueren los sucesos posteriores.- Dios, Libertad y Reforma.—Fuerte de Guadalupe. mayo 5 de 62.—Felipe Berriozával.—C. Gral. Cuartel Maestre del Cuerpo de Ejército de Oriente.”

Es copia del original.
Mejía.



Ciudadano Ministro de Guerra.

México.

martes, 22 de mayo de 2007

TOMÁS MOLINA ROSALES


Tomás Molina Rosales

Ejemplo de Vida Humana y Patriótica.

Don José Narciso Tomás Molina Rosales nació en el Rancho Molinagco, Barrio de Tetoxcac, Municipio de Zacapoaxtla, Estado de Puebla, el día 29 de Octubre de 1890, hijo del Ciudadano José Crisanto Cresencio Molina y de la señora María Antonia Rosales y nieto por línea paterna del Ciudadano Coronel Honorario de Guardia Nacional don José Manuel Molina y la señora María de Jesús y por línea materna del Sargento 2º de Guardia Nacional don José Francisco Rosales y de la señora María Josefa, fue el mayor de tres hermanos, José Virginio quién nace en 1895 y muere en 1968 y José de Jesús Hilario quién nace en 1900 y muere en 1984.

Heredero por naturaleza del espíritu patriótico y progresista de su ilustre abuelo, don Manuel Molina, quién participó entre muchas otras acciones de guerra, en la memorable Batalla del 5 de Mayo de 1862 en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, con el carácter de Comandante Segundo en Jefe de la 5a Compañía “Única” de la Guardia Nacional del Distrito de Zacapoaxtla, perteneciente al glorioso 6º Batallón Guardia Nacional del Estado de Puebla al mando de los ilustres liberales tetelenses, Coronel Juan Nepomuceno Méndez, Teniente Coronel Pilar Rivera y Comandante Mayor de Batallón (Mayor de infantería) Tomás Segura.

Desde pequeño demostró esa misma vocación liberal y progresista, posteriormente cursó la escuela elemental de primeras letras (escuela primaria) donde pudo apreciar las injusticias de las que era víctima el pueblo, creció con el deseo de ver un pueblo unido, progresista, justo y pacífico.

En tiempo de su juventud formó junto a sus hermanos un trío musical a base de violín, guitarra y bajo sexto, siendo muy famosos y solicitados en toda la Sierra Nororiental del Estado de Puebla, interpretando entre otras piezas musicales los famosos sones huastecos.
Posteriormente, al darse la oportunidad, con el deseo de cumplir sus anhelos de la juventud, en el año de 1913 se alista por indicaciones del General de Brigada Juan Francisco Lucas en el "1er Batallón de Cazadores de Zacapoaxtla" comandado entonces por el C. Coronel Miguel Arriaga, incorporado a la “Brigada Serrana” al mando del mismo general Lucas, formando parte del Ejército Constitucionalista de la Sierra Norte del Estado de Puebla. El General Juan Francisco Lucas o como también era conocido “Tata Juan Francisco” ó “Tata Lucas”, quién fue compadre, amigo y compañero de lides militares de su abuelo Manuel, pronto estableció una sólida relación de amistad con el joven Tomás, quién demostró ser un líder natural, humilde, valiente, progresista, fiel a sus ideales revolucionarios, en virtud de ello fue nombrado Comandante Militar del Barrio de Tetoxcac en el año de 1913 y posteriormente en el año de 1914 fue nombrado Jefe Político y Comandante Militar Interino del Distrito de Zacapoaxtla, ambos nombramientos hechos por el General Juan Francisco Lucas, al iniciar la parte más difícil de la guerra de Revolución Mexicana, organizó un cuerpo de guerra denominado “Columna Expedicionario de Infantería "Manuel Molina" compuesto de aproximadamente 50 elementos bajo su propio mando, todos los integrantes del referido cuerpo de guerra lo veían como el “Jefe Único”, con este cuerpo de guerra concurrió a muchas acciones militares.

Entre las batallas más memorables en las que tomó parte durante los primeros años de su vida como revolucionario podemos citar la batalla del 25 de Julio de 1913 en la Estación Ferroviaria de Zaragoza, la batalla del 28 de Julio de 1913 en Zacapoaxtla derrotando al Capitán Gilberto Arroyo, las batalla del 16 de Septiembre y 9 de Noviembre de 1913 en Teziutlán, derrotando al Coronel Alberto Guevara y la batalla del 16 de Enero de 1914 en Tlatlauquitepec, derrotando al General Joaquín Jiménez Castro, por méritos militares y valor en las campañas emprendidas hasta ese momento, el 16 se septiembre de 1916 el General Juan Francisco Lucas lo nombra Capitán 2o de Infantería del Ejército Constitucionalista de la Sierra Norte del Estado de Puebla.

Luego de la muerte de su buen amigo y jefe, el General Juan Francisco Lucas acaecida el 1º de Febrero de 1917, solicita licencia definitiva para separarse del servicio de las armas. Sin embargo, el 9 de febrero del mismo año el Teniente Coronel Gabriel Barrios es nombrado Jefe Accidental de la Brigada Serrana bajo las ordenes del General Marcelino Murrieta, con este nuevo giro revolucionario en la Sierra Norte, don Tomás Molina se reincorpora a la causa, pero ahora como Soldado de 1a, debido a la licencia absoluta que había solicitado, no se le pudo reconocer y validar su grado de Capitán 2º de infantería, integrando a sus hermanos, Virginio y Jesús, quienes conjuntamente con la gente que habían reunido participan de nuevo en pro de la revolución. A principios de 1918 el Teniente Coronel Gabriel Barrios lo nombra Comandante Militar de la Municipalidad de Zacapoaxtla. El 5 de Mayo de 1918 el Teniente Coronel Gabriel Barrios es nombrado por el General de División José Agustín Castro, Jefe de Operaciones Militares de la Sierra Norte del Estado de Puebla. Posteriormente y por méritos contraídos en diferentes acciones militares, a mediados de 1920 el ya Coronel Gabriel Barrios lo nombra Jefe de la Guarnición de la Plaza de Zacapoaxtla, sin embargo, este carácter solo lo ostentará durante algún tiempo.

En el año de 1921 une su vida a la señora María Gertrudis Santos Xalcuaco con quién compartirá gratas experiencias hasta su trágico fin en 1929.

Luego de haber sido el Jefe de la Guarnición de la Plaza de Zacapoaxtla, el Coronel Gabriel Barrios lo nombra Comandante Militar y Jefe Permanente de los Armados del Barrio de Tetoxcac, cargo que ostentará de 1921 a su partida a la Ciudad de México en el año de 1929, habiendo concurrido a 34 acciones de guerra desde el año de 1913 a 1927, siendo la última acción de guerra memorable en donde tomó parte, la célebre batalla del 9 de Octubre de 1927 en los cerros de Ayahualulco, Estado de Veracruz, siendo derrotados más de 1200 rebeldes al mando de los generales Arnulfo R. Gómez, Silvano García, Miguel Alemán y Adalberto Palacios, tras un combate que duró más de 6 horas la victoria fue para las fuerzas gobiernistas.

En 1929 una vez pacificada la Sierra Norte del Estado de Puebla y las regiones donde tuvo influencia el para entonces General Brigadier Gabriel Barrios en los Estado de Hidalgo, Veracruz y Tlaxcala el 46º Batallón de Línea, comandando por él mismo, recibe ordenes de la Secretaria de Guerra y Marina (actualmente SEDENA) para trasladarse a la Ciudad de México. Ante esta situación los hermanos Tomás, Virginio y Jesús Molina, acordaron que Tomás, siendo el más capacitado e influyente debía de ir junto a los hombres bajo su mando a la Ciudad de México, mientras que Virginio y Jesús se quedarían para mantener el orden en la zona de su mando, así como cuidar de sus propiedades.

Ya en la Ciudad de México se inicia un nuevo capítulo en la vida de Tomás, al llegar es Sargento 2º de infantería e Inspector General de las Piezas de Ametralladora de la “Compañía de Ametralladoras” del batallón y posteriormente es nombrado Sub-comandante Auxiliar de la “2a Compañía de Infantería” además de ser Jefe de uno de los pelotones de la misma, durante este tiempo desempeñará diversas comisiones, algunas de mayor importancia, como la custodia de la casa del entonces Secretario de Guerra y Marina, General Joaquín Amaro o la custodia de Los Pinos. A principios de 1934 nuevamente el 46º Batallón recibe ordenes de trasladarse al Estado de Chiapas, por lo que don Tomás decide solicitar su baja del servicio de las armas, intentando en vano el General Gabriel Barrios Cabrera de convencerlo de desisitir de esa decisión, a mediados de 1934 solicita licencia definitiva del Ejército Nacional, luego de 21 años de servicio constante a la Patria y a las Instituciones Democráticas.

Después de muchas penalidades, logra la estabilidad, logrando que su hijo Constantino ingrese becado a la Escuela Normal Rural "Basilio Badillo" ubicada en la Villa del Cinco de Mayo en el Municipio de Xochiapulco, Puebla, donde después de cuatro años de arduo estudio se gradúa en grado meritorio, ejerciendo como Maestro Rural Normalista en el Estado de Morelos y desgraciadamente la prometedora vida de Constantino culmina abruptamente en 1945 en un accidente carretero, no sin antes haber sido el primer Maestro Normalista del Barrio de Tetoxcac, donde pensaba ejercer algún día.

Luego de ello don Tomás Molina se retira a la vida privada donde permanece ayudando a todo el que lo necesite, en la Ciudad de México vivirá por más de 30 años.

Se casa por segunda y última vez en la Ciudad de México con la señora María Guadalupe García.
Poseedor de grandes cualidades y virtudes como Inteligencia, Liderazgo, Sabiduría, Honradez, Espíritu Progresista y Unión, las cuales para su honra, habrán de formar a hijos dotados y capaces para la vida.
El Liderazgo fue una cualidad única, presente de forma natural, un ejemplo claro de ello es el hecho de haber sido el líder constitucionalista de los indígenas de la región de Zacapoaxtla durante la época revolucionaria y aún después.

La Sabiduría fue una cualidad sobresaliente presente en todos los actos de su vida, un ejemplo claro del uso de esa sabiduría eran las constantes visitas que hacían a su persona diversos individuos con el fin de pedir algún consejo, sobre los diversos problemas de la vida y de la sociedad que los aquejaban.

La Honradez se manifestó siempre, no obstante haber sido líder en la región, nunca abusó de su posición o influencia política o militar para hacerse de bienes indebidamente, prefiriendo siempre en arduo trabajo para alcanzar sus metas.

Su Espíritu Progresista fue una cualidad muy importante ya que por ejemplo fue el promotor y personalmente supervisó la introducción de la primera toma de agua potable del Barrio de Tetoxcac, además de la reconstrucción del camino nacional de Zacapoaxtla a la población de Tlatlauquitepec, además del impulsor del establecimiento en toda la región de escuelas primarias, un ejemplo de ello es la escuela primaria "Abraham Sosa" del Barrio de Tetoxcac, Zacapoaxtla.

La Unión se manifestó siempre, brindando apoyo en las buenas y en las malas a todo el que lo necesitara. Una demostración de esa unión fue el hecho de que en una etapa de su adolescencia tuvo que cuidar de sus hermanos menores, bajo muchas penalidades que lo obligaron a trabajar a temprana edad para mantener el sustento de ellos. Ese sufrimiento estrechó aún más la unión familiar.

Posteriormente su hijo Angel tiene la vocación magisterial, don Tomás apoya a su hijo en su decisión, por lo que Angel ingresa al Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, graduándose y convirtiéndose en lo futuro, en uno de los prominentes maestros de la enseñanza rural mexicana, ejerciendo en la Sierra Norte del Estado de Puebla y en la propia capital de la entidad. Heredero natural de las cualidades de su padre, es querido y recordado por todos los que lo conocen.

Este acontecimiento da a don Tomás un aliento más de vida que seguirá demostrando hasta el fin de sus días. Durante sus últimos años se traslada de la Ciudad de México a su tierra natal, donde cuida de sus propiedades, además de seguir ayudando a todos los hijos de esa parte tan bella del Estado de Puebla, por lo que cariñosamente todos los mayores le llamarán “Tío Tomás”

Los hijos de este Ilustre Hombre son: Hilaria, Constantino, Amparo, Angel, Froilán, Elia, Rufino, Irma, Rafael y Rebeca (Varios ya fallecidos)

Finalmente don Tomás Molina Rosales culmina su existencia el día 2 de Agosto de 1971 en su tierra querida de Tetoxcac, en medio de un ambiente totalmente pacífico, luego de 81 años de esplendorosa vida, entregado a su Patria y a su Familia.
Créditos Finales.
Investigado y Redactado por el C. Luis Eduardo Torres Molina, en la Ciudad de Tetela de Ocampo, Estado de Puebla, Abril de 2008.

Fuentes Bibliográficas.
Archivo Histórico Particular de la Familia Molina Bonilla (AHPFMB) en la Ciudad de Tetela de Ocampo, Puebla, consulta efectuada en Abril y Mayo de 2007.
Entrevista realizada al C. Profresor Angel Molina Xalcuaco en la Ciudad de Tetela de Ocampo, Estado de Puebla, Abril de 2007.